«SOMOS CUMBIA», LA COORDENADA BAILABLE QUE VERTEBRA TODO UN CONTINENTE

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Cumbia Somos” es el título del reciente libro compilatorio publicado por la Red de Periodistas Musicales de Iberoamérica (REDPEMIB), dónde 27 autoras y autores nos invitan a leer desde una perspectiva panorámica acerca del desarrollo de la Cumbia en Latinoamérica. El texto fue coordinado por Enrique Blanc (México) y Humphrey Inzillo (Argentina), en conjunto con las editoriales universitarias de México: Universidad de Guadalajara, Perú: Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, Colombia: Universidad del Rosario y Universidad del Norte (Barranquilla), Argentina: Universidad de Buenos Aires y Chile: Ediciones Universidad Católica.

Fue en 2014, tras un encuentro de industria musical realizado en Medellín, que surge la REDPEMIB y, con ella, el germen de esta idea: compilar en un libro único, historias diversas sobre la cumbia en el continente, con textos en que se entrecrucen particularidades sonoras, sociales y geográficas del popular ritmo. 

Pero, ¿por qué es tan importante publicar hoy un texto como éste sobre la cumbia en Latinoamérica? 

Tras décadas de desarrollo, adopción y adaptación por nuestra región, la cumbia ha dejado de ser sólo un género musical, deviniendo en un lenguaje de gran versatilidad en que se imbrican cuerpo, fiesta, identidad y sonoridad, inspirando a músicas y músicos de todo el mundo con un enorme eclecticismo, lo que devela su poderosa flexibilidad. Correlato de épocas, territorialidades, sectores sociales y formas expresivas, la cumbia es un verdadero crisol desde el que podemos ver y vernos como sociedades sudacas, latinas, con nuestras contradicciones, ambivalencias, prejuicios y heterogeneidades.

Escribir sobre la cumbia es importante porque su historia es también la historia del clasismo en nuestras sociedades. Desde sus orígenes en la ribera del río Magdalena hasta nuestros días, las élites de todos los países, pueblos y localidades donde ha migrado, la han tildado de “negra”, “facilista”, “ordinaria”, “vulgar” o “populachera”, indigna de apreciación sonora o estudios de academia. Pero la cumbia, hecha del pueblo para el pueblo, tiene implícita la alegre rebeldía con que miles de cuerpos bailamos para echar fuera rabias e impotencias, derivados del vivir en un continente desigual, colonizado, “tercermundista”. 

“Cumbia Somos” no es una publicación popular, pero su lenguaje llano consigue democratizar este diálogo siempre necesario sobre “lo popular”, abriendo espacio para que se sigan contando las muchas historias aún ocultas, menospreciadas o desconocidas que acompañan el viaje de este contagioso género. Un libro puente, cuyo espíritu se deja traslucir en los nombres a quienes está dedicado su montaje editorial: el entrañable músico colombiano Teto Ocampo, y el comprometido divulgador argentino Rubén Scaramuzzio.  

Al respecto, Patricia Corona, Editora General de Ediciones UC (Chile) nos cuenta: «Estamos muy contentos con la recepción que ha tenido este libro entre el público de los distintos lanzamientos realizados en cada país que abordan sus páginas. Desde la última Feria del libro de Guadalajara con la edición mexicana, en la que se bailó sin parar hasta nuestra reciente fiesta musical en el barrio Yungay. Porque este es el tipo de libros que más nos gusta hacer en Ediciones UC, uno de indudable calidad, pero que no se queda solo en la academia, sino que busca divulgar y entusiasmar al público general de todo el mundo».

El compilado comienza con un prólogo del músico y escritor bogotano Mario Galeano, quien ha estudiado la cumbia desde su adolescencia y contribuido, desde entonces, con su internacionalización. En tono de crónica, el texto hilvana historias propias con las de la Cumbia, “la hija más extravagante, curiosa, experimental y mutante del mestizaje musical americano”. Como Colectiva, siempre nos ha generado curiosidad el origen de este travestismo tan propio del universo cumbianchero. Y Galeano ancla esta pregunta en la década del sesenta, a partir de un hallazgo curatorial discográfico de 1967, que reza: “…tal vez ha de seguir alejándose cada vez más de sus reminiscencias nativas. Tal vez en el año 2000 ella (la cumbia) será como las gentes de esa época quieran que sea”.

Cada historia que se cuenta en el libro revela innumerables datos que abren nuestra curiosidad y sorpresa lectora, como una invitación a sumergirnos en la investigación y explorar la escucha de una extensa lista de canciones entrañables o inexploradas.

Desde el origen del género “chucu chucu” como resultado de la antioqueñización de la cumbia, como describe en su trabajo Diego Londoño, los textos atraviesan figuras notables del panteón de deidades cumbianchero tales como Celso Piña, Rigo Tovar, Los Palmeras, Los Ángeles Azules, Polibio Mayorga, Fabián “Fata” Delgado, Totó La Momposina, Gilda, Rosy War, Pablo Lescano, Los Pirañas, Yeison Landero, Chico Trujillo, La Delio Valdez y Sonido Gallo Negro. Cada autor/a se enfoca en su nacimiento, trayectoria y trascendencia, abordando anécdotas y contextos de desarrollo del género alrededor de cada artista que decidió hacer de la cumbia su forma de expresión y laburo. 

Esta estrategia discursiva otorga unidad al diverso compilado, a la vez que mantiene el foco en la dimensión vivencial de lo relatado, aún cuando se aborden cuestiones históricas, políticas o culturales más amplias. Asimismo, especial interés nos causa la inclusión de grandes divas cumbiancheras de la región, Gilda y Totó, quienes transgreden el canon mayoritariamente masculino de la historia del género.

Por otra parte, el libro aborda algunas historias cumbieras desde la mirada de la industria discográfica en Colombia, a la vez que recorre hitos, como el origen de la popular canción “Festival en Guararé”, al adentrarnos en la poco conocida cumbia de Panamá, desde el Sur americano. Pero también navega en el corazón del continente, con el texto “La psicodélica exuberancia de la cumbia amazónica peruana”, donde se detalla cómo Juaneco y su Combo, Los Mirlos y otros exponentes, sintetizaron el abrumador y exuberante paisaje de la selva, en una cumbia erótica, tanática, psicodélica, ancestral y transgresora. 

Asimismo, una de las joyas que posee “Cumbia Somos” es la contribución del autor Jaime Andrés Monsalve (Colombia), con “Los años cumbieros de (Charles) Mingus”, quien nos devela el interés del mítico jazzista hacia la cumbia de raíz, curiosidad que deja en la historia una obra titulada “Cumbia & Jazz Fusión” (1978). Disco que, para nuestra fortuna, está disponible con acceso abierto en internet. 

Sin ninguna pretensión de sintetizar un viaje que, sin dudas, recomendamos abordar y disfrutar, quisiéramos culminar esta breve reseña del extenso libro, citando a nuestro compañero de letras e indagaciones, el productor y escritor musical chileno Cristóbal González: Tuve el honor de ser convocado a ser parte de este gran libro… fue un gran desafío narrar un movimiento, hablar de tantas bandas en un espacio acotado. Para que conviviera con 20 textos más. Lo escribí entre Chile y en medio de una gira por México con Tomo Cómo Rey. Le puse todo mi corazón”. Son las cartografías de esta escritura sonora en viaje, en su caso, sobre la denominada Nueva Cumbia Chilena; aunque, como ya hemos escrito en otras oportunidades, no sea ni tan nueva, ni tan cumbia, ni tan chilena.